Este perro, hoy considerado de salón, ha sido durante mucho tiempo, y en parte lo es todavía, el perro de los barqueros de Flandes, que encontraban en él a un afectuoso compañero en los lentos y largos viajes, un implacable cazador de ratones, indeseables huéspedes de aquellas embarcaciones, y un óptimo guardián de la carga, que defendía con valor y ensañamiento de cualquier malintencionado. Bien puede definirse su carácter como fuerte, siendo capaz de convertirse en un verdadero amigo de su amo, al cual dedicará muchísima atención.